viernes, 28 de octubre de 2011

Mi experiencia en Unidos


Recuerdo yo la primera vez que fui a Unidos, que fue en una capacitación que ocurrió un sábado hace poco más de un año iba a empezar mi servicio social, y la verdad es que empezó medio mal porque era en la mañana, y aparte en un lugar muy lejos de donde yo vivo. Fui a la capacitación, y por tanto el conductor de la misma fue Gerardo de la Garza, yo sin conocerlo, me di cuenta que todo mundo sonreía, y estaba feliz. Hasta pusieron una actividad para conocernos y conocer un poco sobre las discapacidades de la gente, y la verdad nunca puse mucho entusiasmo en convivir.

Acaba la capacitación, y me tocaba ir a sábados de Reven, siendo este mi primer programa en Unidos. Recuerdo que el primer paseo fue en el Volcán Music Hall, y hasta me pareció divertido, pues era un lugar con buena música y se notaba un buen ambiente entre los chavos, aparte cabe destacar que yo ya tenía amigos míos de la Udem haciendo el servicio social, entonces no me sentía incómodo. Fue en ese momento conocí a Quique, no recuerdo su apellido, pero como olvidar su nombre. Con Quique, viví mis peores momentos en Unidos, el muchacho me escupió, me pegó, me jaló el cabello, y hasta recuerdo que me dio mucho miedo, porque es un gafete decía, “no puede estar mucho tiempo bajo el sol”, y claro que el muchacho se arrancó corriendo por todo el estacionamiento asoleado y en mi mente corría el pensamiento “debut y despedida Mauricio, te van a correr de Unidos”. Pero, después de ese día tan cansado y muy golpeado, me di cuenta que no me molestó para nada, en cambio, hasta me dio risa ya cuando todo estaba bien, y me agradó la experiencia. Van pasando los días en Sabados de Reven, y todo seguía normal, no iba con mala cara a Unidos, pero si iba con mi obligación de cumplir mi servicio social, y de buena manera.
Acaba de Reven, y pasaron muuuchos meses, para que empezara otro programa de unidos, o bueno, al que tenía que cumplir. Y al momento, de empezar Sábados de Rol, y vi muchas caras conocidas, cómo la de Gera, la única persona de coordinación que conocía,  pues era “mi chief” de servicio, pues él contaba mis horas y con él acudía para todo tipo de necesidad, ahora él es mi amigo al que le guardo cariño y confianza. Finalizando Sábados de Rol, de hecho en el paseo que fue al Recontra, se acerca conmigo una chava (Thania) y me dice “Tu éres Mauricio, necesito que te reportes conmigo en mi oficina el martes a las 4 pm porfavor”. Claro que mi primer pensamiento es mi típico “¿Qué hice?”. El martes llego a la oficina, me recibe y me comenta la oportunidad de ser Staff en el campamento de Verano, mi último programa en mi Servicio Social, me agradó la idea, así que la acepté. Obviamente tuve mi capacitación para ser Staff y para saber mi obligación y mi trabajo en el campamento de Verano, así que tengo que aceptar, estaba muy nervioso.

Y ahora, ¿Qué les puedo decir del Campamento de Verano Unidos 2011?...
¡NO, QUEE BARBARO!!!!, La experiencia más increíble de mi vida! No se ni por dónde empezar!.
La gente, los paseos, las actividades, el ambiente, la alegría, las sonrisas, la energía, la intensidad, son tantas cosas que definen el campamento, pero tengo que destacar 2 cosas, las amistades que logré (con discapacidad y sin discapacidad) y la magia que transmite Unidos.
Simplemente, el saber que te llena de recuerdos ese verano, no te importaba levantarte a las 7 am para llegar temprano a la junta, no te importaba tener que soportar el cansancio bajo el sol de cargar sillas de ruedas, y de correr en el parque España de un lado a otro. Si no, lo único que importaba, era la diversión que pasabas al estar en ese lugar.
En mi primer programa como Staff, tuve el orgullo de ganar el premio “Alacachucu 2011” y la verdad le tengo que dar gracias a mi amigo, porque no le puedo decir mi jefe en el campamento, Aisar, que siempre supo cómo hacerme trabajar y darme la oportunidad de formar parte de su equipo “Nachos” en el campamento. La verdad que experiencias me soobran, sobre este campamento, pero tengo que destacar, el momento que me sacó lágrimas en el campamento de verano.

Al yo tener mi función, de “Hoy usted descansa”, siempre veíamos las mismas caras, y siempre me grabe la sonrisa de un amigo con discapacidad, que se llama Lupillo. Ese muchacho sí que me hacía el día cada vez que lo veía, su sonrisa y su felicidad eran tan contagiantes que al solo verlo llegar, dejaba todo por ir a ayudarle a bajar su silla y a cargarlo. Lupillo, al tener discapacidad física, no solo no podía caminar o tener completa movilidad de sus piernas, si no tampoco de sus brazos. Y mi momento de lágrimas de felicidad, fue en el momento de la clausura del campamento, al yo acercarme a Lupillo para despedirme, noté un esfuerzo tan grande y enorme por mover sus brazos, se le reflejaba dolor al moverlos y abrirlos, y me di cuenta que me quería dar un abrazo, y tuve sus brazos en mi espalda y su cabeza recargada en mi pecho, y pude experimentar un abrazo de Lupillo, como explicarles mi emoción en ese momento. Inexplicable… Maravilloso.

En fin, al terminar el campamento, ahí mismo termina mi Servicio Social, pero lo que si les puedo decir, es que ya que entras a Unidos, no sales. Y me llena de honor y orgullo, seguir siendo parte de la familia de Unidos.

Por esto y más doy gracias a Dios, por haberme hecho parte de esta gran familia, y por haber compartido los momentos más felices con las personas que me dan más felicidad en este mundo.  Esta es mi experiencia que yo escribí, y me quedan muchos capítulos por hacer, pero todavía me queda muchas ganas de continuar y escribir, Mi libro de Unidos.
Mauricio Cantú


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