lunes, 16 de abril de 2012

Transformando el miedo en amor...

Es muy difícil para mi escribir este testimonio. Creo que ha sido de lo más complicado en mi historia y no sé por qué. Para mi es muy fácil escribir todo lo que me pasa y lo hago de una manera tan fluida, pero tengo miedo de hacerlo y, precisamente, de ese miedo es de lo que se trata mi testimonio.

Yo siempre tuve miedo a la discapacidad. Tal vez ese miedo era ignorancia, no lo sé. Sólo sé que me aterraba la idea de acercarme a una persona con síndrome down porque decía que “no tenía paciencia para estar con ellos.” Jamás me interesé por aprender el lenguaje de señas de sordomudos. Jamás me interesó el saber qué era el autismo o cualquier otra discapacidad. No creo que sea porque fuera una mala persona, simple  y sencillamente la discapacidad no formaba parte de mi mundo, mucho menos de mi vida.

Un buen día, en la empresa, perdón, en la familia donde tengo el PLACER de trabajar todos los días, SISAMEX, me ofrecieron un nuevo puesto y dentro de este puesto el Director General, el Ing. Manuel Valdés, había solicitado que se empezaran a hacer acciones encaminadas a la responsabilidad social y dentro de mis obligaciones, asì es, obligaciones, estaba el continuar un voluntariado con UNIDOS, que mi jefe había iniciado hacìa unos 8 meses.

Me entrevisté con la muchacha que lo inició, me dio las indicaciones administrativas para desarrollar las convivencias y los contactos de UNIDOS. Así fue como empecé a desarrollar las convivencias, como parte de mi trabajo.

No recuerdo cómo, ni cuando, ni por què. Pero de pronto mi miedo se convirtió en amor. Mi estrés se convirtió en alegría y mis temores en abrazos.
Tal vez pasó sin que me diera cuenta, cuando el primer niño con discapacidad me dio un abrazo. Tal vez cuando la primera niña con discapacidad me dio un beso. Tal vez cuando mi primer amigo en silla de ruedas bailó junto conmigo. Tal vez cuando la gente de UNIDOS me sonrió. Tal vez pasó cuando aprendí que la discapacidad estaba en mi mente.

Ahora sé que el miedo que yo tengo está en mi cabeza y también sé que hay muchos Ricardos en el mundo, que tienen miedo de acercarse a las personas con discapacidad y he comprendido que lo mejor que puedo hacer es DIVERTIRME, salir con mis amigos con discapacidad a todos lados. Hacerle ver al mundo entero que la discapacidad NO NOS LIMITA y saben por qué? Porque yo también tengo discapacidades.

Yo no puedo hablar con mis manos, como lo hacen los sordomudos. Yo no puedo desplazarme sin usar mis piernas. Yo no puedo leer con mis dedos, como lo hacen los invidentes, yo no puedo AMAR sin conocer, como lo hacen mis amigos con síndrome down.

Hoy mi lucha es contra la ignorancia, contra el rechazo. Sostengo que no existe la gente mala, sólo existe la gente EQUIVOCADA.  Un día, en kidzania, una amiga estaba esperando turno con su niño, y una señora estaba con más niñas. La señora solicitó a mi amiga que si podían pasar primero sus niñas y mi amiga le respondió con una sonrisa que no había problema, que todos podían entrar juntos. La señora sonrió y le dijo que en ese caso, primero entrara el niño, en el siguiente grupo entrarían sus niñas. Cuando me comentó la experiencia mi amiga primero me enojé, después me entristecí. Confieso que mis ojos se llenaron de lágrimas cuando comenté esta experiencia por primera vez, y después comprendí. No es que la señora fuera mala. No es que quisiera rechazar, excluir o hacer sentir mal al niño. Esque la señora tenía miedo. La señora estaba equivocada. Tal vez nunca se acercó a la discapacidad, pero tal vez también NUNCA hubo nadie que le hablara de ella y de eso TODOS somos responsables.

Por eso es importante seguir con mis convivencias. Por eso es importante irme de antro con mis amigos con discapacidad, para que la gente vea que todos nos divertimos igual. Por eso es importante que la gente sepa que la discapacidad no es una limitante; por eso es importante que la gente vea que es hora de dejar de temer y comenzar a amar.

Ricardo Zuñiga
Voluntario de SISAMEX