viernes, 3 de febrero de 2012

Una experiencia Inesperada.

El verano del 2011 seria una experiencia inolvidable. Todo comenzó cuando estaba analizando las horas que me faltaban para terminar mi servicio social y el tiempo corto  que tenia para obtenerlas antes de graduarme.  Antes de terminar el semestre enero-mayo comprendí que tendría que realizar servicio social en verano. Acababa de entrar a trabajar a una empresa y mi turno de trabajo era por las tardes, además planeaba cursar 2 materias en verano, por lo que mi tiempo libre solo seria  los fines de semana el mes de junio o bien si tenia suerte encontrar algún proyecto en las mañanas del mes de julio.  Entre a la página de internet a revisar los proyectos que estarían disponibles en verano y no encontraba ninguno de estas características. No buscaba alguno en especial, lo único que me interesaba era que se ajustara con mi horario disponible. Uno por uno y todos los que revisaba tenían horarios por las tardes. Sin embargo justo cuando comencé a resignarme apareció UNIDOS, y este tenia un horario perfecto, el mes de julio por las mañanas. Sin pensarlo mande un mail con la intensión de participar. Desde ese punto comencé a reflexionar sobre el esfuerzo que  requeriría estar el mes de junio con 2 materias y trabajando, y después sin descanso comenzar el servicio y  continuar trabajando. Además sumado a esta preocupación, nunca había convivido con personas con discapacidad, ni siquiera tenía la menor idea a que se refería el termino, “Convivir con personas con discapacidad”, me imaginaba que sería como ir a algún asilo y conversar. 
Pasé toda la tarde reflexionando sobre si la decisión que estaba apunto de tomar era la indicada, el simple hecho de no tener vacaciones era algo que me daba vueltas en la cabeza. Mi mentalidad de aventurero que me caracteriza  y mis ganas de aprovechar el tiempo en algo productivo me inclinaron a tomar la decisión y me inscribí, de aquí en delante un miedo aumentó al no saber a lo que me iba a enfrentar. El mes de junio paso muy rápido y ni siquiera me di cuenta cuando ya estaba en  la  capacitación. Para este punto mi mentalidad era algo negativa, y me preguntaba, ¿qué tipo de personas se meterían a servicio social en julio? ¿quién cambiaria sus vacaciones por este proyecto? Para mi sorpresa me di cuenta que cuando llegue a la capacitación lo primero que note fue a un numeroso grupo de personas y todas con muy buena actitud y ganas de servir. Mi pensamiento de  seremos pocos se vio anulado rotundamente.  Error numero 1. Lo siguiente fue que en la capacitación obtuve la idea que tanto buscaba de qué se trataría el proyecto, me explicaron con claridad con que personas estaríamos conviviendo y  cuál era mi función.  Para mi sorpresa me dijeron lo único que tienes que hacer es ser tú mismo. Por lo que dije esto será sencillo. No habría que dar clases, ni preparar reportes, nada de eso solo ser yo mismo. Además de que hablaban de una magia, que algo mágico sucedería, no comprendía a que se referían y no le di importancia. El campamento consistiría en dinámicas de diversos tipos en donde las personas con discapacidad estarían involucradas y se trataría de crear espacios recreativos para los voluntarios y estas personas. Llego el primer lunes día de la integración y dio la casualidad que me inscribí al grupo con mayor número de voluntarios y con mi misma edad la mayoría, dado a esto me adapte rápidamente al grupo. Durante el transcurso de este día conoceríamos a algunos de las personas con discapacidad que estarían en el grupo. Los nervios aumentaron ya que ahora me preguntaba les voy a caer bien que van a pensar de mi realmente podre llevarme bien con ellos y de mas preguntas que quizá los demás voluntarios también se las hacían. Finalizando el día nos presentaron a dos amigos con discapacidad, para ser específico con Síndrome Down, me lleve una gran sorpresa como eran personas normales y sociales igual a todos, lo único que no comprendía era su lenguaje y mi mayor impacto fue que entre ellos parecían entenderse perfectamente.  El día termino y por alguna razón salí con un gran sabor de querer involucrarme más con estas personas. 
La primera semana fue una semana realmente inolvidable, porque fue cuando mis miedos, nervios y preocupaciones se desvanecieron  y para el tercer día la etiqueta de las personas con discapacidad de las que todo mundo hablaba antes de que iniciara el campamento dejaron de existir y se transformo en el único titulo de mis amigos.  Mis nuevos amigos eran personas llenas de alegría llenas de cariño llenas de la más pura y noble amistad que una persona te puede brindar. Algunos no podían hablar, pero con su lenguaje corporal te hacían notar la inmensa felicidad que puedes causar en alguien con tan solo mirarlo a los ojos, con tan solo decirle hola, con tan solo estrecharle una mano cuando lo necesita. Fue entonces cuando esa magia de la que hablaban en la capacitación se hizo presente en mi vida. Lo que parecía una exageración se hizo evidente ante mis ojos, como mis nuevos amigos tenían algo especial que contarme con solo su amistad. Para este punto, por lo que había ido al campamento, las horas de servicio social, quedaron en el olvido. Disfrutaba tanto estar inmerso en esta nueva experiencia, que si me daban, las horas era un plus de lo que realmente estaba aprendiendo y  conociendo en ese momento.  Un momento que nunca olvidaré fue cuando uno de mis amigos, estaba haciendo una labor de partir fruta, y debido a sus capacidades se veía que le estaba resultando complicado hacerlo, yo intentando motivarlo le decía vamos tu puedes échale ganas, y demás frases. Fue tanta mi preocupación de que no lograra hacerlo que no me di cuenta que lo estaba agobiando con mis porras, para lo que en un momento me pidió que dejara de hacerlo. Entonces comprendí que no necesitaba decirle nada, él tenía la determinación y la convicción de que no se iba detener hasta lograr partir la fruta. Minutos después logro hacerlo, y en ese momento entendí varias frases conocidas como “Jamás te des por vencido”, “El que persevera alcanza”, entre otras. Esa dificultad o reto que se le presento para partir la fruta y  él  no dejo de intentarlo hasta lograrlo, fue una gran lección de vida que me enseño con tan solo  un melón y un cuchillo.
Las semanas se pasaron muy rápido, para cuando acorde ya era la última semana y se acercaba el día que habría que despedirme de mis amigos. Esta semana fue de una profunda reflexión para mi, todo lo que había sucedido ahora tenia sentido. Yo estaba ahí por alguna razón y gracias a ella estaba por concluir una experiencia realmente única. Mis llamados de atención para este punto fueron evidentes, nunca debo de juzgar algo ni esperar lo negativo porque puedo estar realmente equivocado. La despedida llego y como no soy muy fanático de este tipo de eventos pues lo tome como un hasta luego o un hasta mañana. Ahora estoy sentado escribiendo este testimonio, y si las personas me preguntan que es UNIDOS para ti, lo resumiría en esta frase, “Una de mis mejores experiencias que jamás había vivido”.  El porqué es sencillo, esas personas que muchas veces han sido discriminadas en los grupos sociales, que muchas veces no son tomadas en cuenta, que llevan consigo una etiqueta permanente de rechazo, esas personas a las que pocos las miran a los ojos, esas personas créanme que son unas personas maravillosas iguales a cualquiera, y me atrevería a decir que son mejores personas que muchas que lo tienen todo. Son personas ejemplares que la vida cotidiana que ellos tienen es mucho mas difícil que la de cualquiera y sin embargo eso no les quita las ganas ni el entusiasmo por vivir. Después de esta experiencia realmente uno se da cuenta como estas personas quisieran por tan solo una hora o 10 min tener las facilidades que uno tiene y estoy seguro que harían mas cosas que muchos en ese corto tiempo.  
Para concluir esta experiencia es una algo que recomiendo a cualquiera vivir, ahora mismo yo estoy esperando el mes de julio para inscribirme nuevamente. Para finalizar agradezco a las personas que realmente hacen posible este proyecto, mis amigos con discapacidad.
Sergio Álvarez


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